martes, 27 de marzo de 2012


detalle    <ANIMALANATOMY>


El estilo a base de claroscuros y el espacio claustrofóbico acentúan la sensación de decadencia y vulnerabilidad en la que se sugiere la intención del pintor de desnudar sicológicamente a sus modelos.
Interesado principalmente en llegar a las raíces del subconsciente de la actividad mental y celebrar lo <primitivo> como liberación en detrimento de lo <civilizado>, Cortés presenta escenas o secuencias narrativas, instantes congelados de profundo impacto, pues domina espectacularmente su técnica.

Podríamos decir que su pintura es principalmente un instante misterioso que tiene una fuerza encantadora aunque a menudo siniestra; si el espectador lo permite los inquietantes y extraños personajes representan escenas que lo transportan a un mundo fuera de tiempo y revelan que los recuerdos de infancia y las angustiosas etapas de formación ejercen una poderosa influencia en los procesos creativos: la inocencia, el miedo, la dominación, la mansedumbre, la sexualidad y la evasión de la realidad se repiten como temas magnificando los tejidos y resortes psíquicos de una sociedad angustiada cuyo grito se revela en las expresiones faciales que parecen denunciar que <los sueños de la razón no solo producen barbies>.
Carlos Cortés inicio su carrera a finales del 99 con su primera exposición individual y desde entonces ha ido madurando un estilo tanto de ejecución como temático que lo distingue. Artista poderoso, se mantiene solitario, sin adherirse a corrientes y movimientos, su ultima exposición individual ANIMAL ANATOMY marca un punto alto en su propuesta tanto en la técnica como en los temas reafirmándolo como exponente de gran valor.EUGENIO PARTIDA. 



















Eslabones de un soliloquio en ininterrumpido clímax, las pinturas neorrealistas de Carlos Cortés acusan una expresividad tan acentuada, que terminan por atravesar el umbral de lo surreal.
La suya es una representación apegada al aspecto que presentan los seres y las cosas en el mundo perceptible, a saber, un ejercicio plástico donde la voluntad de veracidad de la imagen y el gusto por el detalle se imponen sobre las tentaciones de la idealización.
De ahí que su obra sea una derivación contemporánea del riguroso realismo de Caravaggio y del crudo verismo de la nueva objetividad, denominación con la cual se agrupó en la década de los veinte del siglo pasado a artistas como Grosz y Otto Dix.
Al igual que ellos, el artista de Jalisco se consagra en una minuciosa trascripción que, sin embargo, no es nunca una reproducción pasiva o neutral de la realidad, puesto que esta construida desde una perspectiva situada en las antípodas de la indiferencia.
Y es que un profundo sentido de teatralidad impregna el trabajo del artista, quien a menudo organiza espacialmente la superficie pictórica a modo de proscenio donde ocurre una compleja trama que, a causa de su dramatismo, provoca una turbadora impresión en el espectador.
En suma el teatro de la vida o la existencia como drama es el asunto tratado de manera recurrente por la estética puntual, provocadora y amenazadoramente misteriosa de Carlos Cortés.



-En la llaga que no cicatriza jamás, Cortés humedece una y otra vez sus pinceles.- 


(Extracto del libro Artistas Mexicanos de Nuestro Tiempo) - ARGELIA CASTILLO